001 Comienza la Aventura

La aventura de Íryan y sus amigas en el Colegio Hogwards de Magia y Hechicería

Íryan era una niña de 11 años que vivía en Badalona con sus dos hermanos mayores, Itzan y Jeran. Aunque parecía una niña normal, en realidad tenía un secreto muy especial: era una maga. Sus padres eran magos que habían estudiado en Hogwards , la escuela de magia y hechicería más famosa del mundo. Íryan estaba deseando recibir su carta de admisión para seguir sus pasos y aprender a dominar sus poderes.

 




Un día, mientras estaba en el colegio, recibió una lechuza que le entregó un sobre sellado con cera. Era la carta que tanto esperaba. La abrió con emoción y leyó:

 
"Estimada señorita Íryan,

Tenemos el placer de informarle de que ha sido aceptada en el Colegio Hogwards de Magia y Hechicería. Por favor, encuentre adjunta la lista de los libros y objetos necesarios para el curso.

El curso comienza el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.

Atentamente,


Minerva McGonagall
Directora"

 
Íryan no podía creerlo. ¡Iba a ir a Hogwards ! Saltó de alegría y corrió a enseñarle la carta a sus hermanos, que también habían recibido la suya. Los tres se abrazaron y empezaron a planear su viaje al mundo mágico.

Lo primero que tenían que hacer era ir al Callejón Diagon, donde se encontraban las tiendas de artículos mágicos. Allí podrían comprar sus varitas, sus libros, sus túnicas y todo lo necesario para el colegio. Para llegar al Callejón Diagon, tenían que atravesar el muro que separaba la estación de King's Cross del andén 9 y 3/4, donde les esperaba el tren que les llevaría a Hogwards .

 

Íryan estaba nerviosa y emocionada a la vez. No sabía qué esperar del mundo mágico, ni qué amigos haría en el colegio. Lo único que sabía era que le encantaba Harry Potter, el niño que vivió, y que quería conocerlo. Harry Potter era el héroe que había derrotado al malvado Lord Voldemort cuando era un bebé, y que había salvado al mundo mágico de su tiranía. Íryan había leído todos los libros sobre sus aventuras y se sabía de memoria sus hechizos. Harry Potter era su ídolo, y su sueño era ser su amiga.

Lo que Íryan no sabía era que Harry Potter también iba a Hogwards ese año, y que sus destinos se cruzarían de una forma que nunca imaginó...

Íryan y sus hermanos llegaron a la estación de King's Cross con sus maletas y sus lechuzas. Buscaron el andén 9 y 3/4 y vieron un carrito atravesando el muro. Decidieron seguirlo y se encontraron en un andén lleno de magas y magos de todas las edades. Al fondo, había un gran tren rojo con el letrero "Hogwards Express".
 
Los tres se subieron al tren y buscaron un compartimento vacío. Se sentaron y empezaron a charlar sobre lo que esperaban del colegio. Itzan, que era el mayor, les contó algunas cosas que había oído sobre las casas de Hogwards : Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. Cada una tenía sus propias características y valores, y los alumnos eran seleccionados por un sombrero mágico que les leía la mente.
 
  • Yo quiero ir a Gryffindor, como papá y mamá - dijo Íryan - Es la casa de los valientes y los leales, y también la de Harry Potter.

  • Yo prefiero Ravenclaw, como el abuelo - dijo Jeran - Es la casa de los inteligentes y los creativos, y también la de Luna Lovegood.

  • Yo no sé, me da igual - dijo Itzan - Lo que quiero es aprender mucho y divertirme.
 
Mientras hablaban, una voz anunció que el tren estaba a punto de partir. Los tres se asomaron a la ventana y vieron a sus padres despidiéndose con la mano. Les devolvieron el saludo y se acomodaron en sus asientos.
 
El tren empezó a moverse y salió de la estación. Íryan sintió una mezcla de emoción y nerviosismo. Estaba a punto de empezar la aventura más grande de su vida.
 
Un rato después, una chica moreno y ondulado entró en el compartimento. Llevaba un uniforme de Hogwards y una insignia de prefecta.
 
  • Hola, soy Nicole, la prefecta de Gryffindor - se presentó - ¿Sois nuevos? 

  • Sí, somos los hermanos Sanz Fernández - dijo Itzan - Yo soy Itzan, él es Jeran y ella es Íryan.

  • Encantada de conoceros - dijo Nicole con una sonrisa - ¿Estáis nerviosos por la selección? 

  • Un poco - admitió Íryan. 

  • No os preocupéis, el sombrero es muy sabio y os pondrá donde mejor encajéis - les tranquilizó Nicole - ¿Tenéis alguna preferencia? 

  • Yo quiero ir a Gryffindor - dijo Íryan.  Yo a Ravenclaw - dijo Jeran.  Yo no sé - dijo Itzan.

  • Bueno, ya veremos qué pasa - dijo Nicole - Por cierto, ¿sabéis quién es ese chico de ahí?
 
Nicole señaló a un compartimento cercano, donde se veía a un chico moreno con gafas y una cicatriz en forma de rayo en la frente. Estaba rodeado de otros chicos y chicas que le hablaban con admiración.

  • ¡Es Harry Potter! - exclamó Íryan, reconociéndolo al instante.

  • Sí, es él - confirmó Nicole - El niño que vivió. El que derrotó a Voldemort. El más famoso de Hogwards .

  • ¿Le conoces? - preguntó Íryan, ilusionada.

  • No, pero me gustaría - dijo Nicole - Es muy guapo y muy valiente. Y dicen que es muy bueno en Quidditch, el deporte mágico.

  • A mí también me gustaría conocerlo - dijo Íryan - Es mi ídolo.

  • Pues quizás tengáis la oportunidad - dijo Nicole - Si vais a Gryffindor, estaréis en la misma casa que él. Y si no, siempre podéis intentar hablarle en Gryffindor es la casa De los valientes y leales De los que tienen corazón Y no se rinden jamás

  • Ojalá - dijo Íryan, cruzando los dedos.

  • Nicole se quedó un rato más con ellos, hablándoles de Hogwards y de lo que les esperaba. Luego se despidió y les dijo que los vería en el castillo. 
Íryan no podía apartar la vista de Harry Potter. Se preguntaba si él la miraría alguna vez, si le hablaría, si serían amigos. Se imaginaba compartiendo aventuras con él, luchando contra las fuerzas del mal, descubriendo los secretos de Hogwards . Se sentía feliz y nerviosa a la vez. No sabía qué le depararía el futuro, pero estaba segura de que sería mágico.
 

El tren siguió su camino hacia Hogwards , atravesando paisajes de ensueño. Íryan y sus hermanos aprovecharon para comer algo de las golosinas mágicas que vendía una maga con un carrito. Probaron las ranas de chocolate, los caramelos explosivos, las grageas de todos los sabores y otras delicias. Se rieron mucho con los efectos de algunas de ellas, como las orejas de coliflor o las plumas de pavo real.

Después de un rato, el tren empezó a reducir la velocidad. Una voz anunció que habían llegado a Hogwards y que debían bajar con sus pertenencias. Íryan se asomó a la ventana y vio un enorme castillo iluminado por la luna. Era el lugar más impresionante que había visto en su vida.

  • ¡Wow! - exclamó - ¡Es increíble!

  • Sí, es precioso - coincidió Jeran.

  • Vamos, no perdamos tiempo - dijo Itzan - Hay que bajar.

Los tres cogieron sus maletas y sus lechuzas y salieron del tren. En el andén, había un hombre gigantesco con una barba larga y una voz atronadora.

  • ¡Hola, hola, hola! - los saludó - Soy Hagrid, el guardabosques de Hogwards . Bienvenidos, bienvenidos. Seguidme, los de primer año, por aquí. Los demás, al castillo.

Hagrid los guió hacia unos botes que flotaban en el lago. Les dijo que se subieran de cuatro en cuatro y que no se mojaran. Íryan y Jeran se subieron al mismo bote, junto con Nicole y otra chica morena que se llamaba Bruna. Itzan se subió a otro bote con otros chicos mayores.

Los botes se pusieron en marcha y cruzaron el lago. Íryan se quedó maravillada con la vista del castillo, que se alzaba majestuoso sobre una colina. Era una construcción antigua y elegante, con torres, ventanas y chimeneas. Se veían luces y sombras moviéndose por dentro, y se oían risas y murmullos.
  • Es increíble - repitió Íryan.

  • Sí, lo es - dijo Nicole - Y espera a ver el interior. Hay tantas cosas que ver y hacer. El Gran Comedor, la biblioteca, las aulas, los pasadizos secretos, los fantasmas, los retratos...

  • ¿Los fantasmas? - preguntó Íryan, sorprendida.

  • Sí, hay un montón de fantasmas en Hogwards - explicó Nicole - Cada casa tiene el suyo. El de Gryffindor es Sir Nicholas de Mimsy-Porpington, más conocido como Nick Casi Decapitado. El de Hufflepuff es el Fraile Gordo. El de Ravenclaw es la Dama Gris. Y el de Slytherin es el Barón Sanguinario.

  • ¿Y qué hacen los fantasmas? - preguntó Íryan.

  • Pues nada, vagan por el castillo, asustan a los alumnos, cuentan historias, hacen bromas... Son muy divertidos - dijo Nicole.

  • A mí me dan un poco de miedo - confesó Bruna.

  • No te preocupes, no son malos - la consoló Nicole - Bueno, quizás el Barón Sanguinario sí, pero no suele salir de su casa.

Los botes llegaron a la orilla y los alumnos bajaron. Hagrid los condujo por un camino hasta la entrada del castillo. Allí les esperaba una mujer alta y severa con el pelo recogido en un moño. Llevaba unas gafas cuadradas y una túnica verde.
  • Buenas noches, Hagrid - la saludó - ¿Son todos los de primer año?

  • Sí, profesora McGonagall - respondió Hagrid - Aquí están.

  • Muy bien, gracias, Hagrid - dijo la profesora McGonagall - Puedes irte.

  • De nada, profesora - dijo Hagrid - Nos vemos luego, chicos. Buena suerte.

Hagrid se marchó y la profesora McGonagall se dirigió a los alumnos.

  • Bienvenidos a Hogwards - les dijo - Soy la profesora McGonagall, la directora del colegio y la jefa de la casa Gryffindor. Antes de entrar al Gran Comedor, donde os esperan los demás alumnos y profesores, debéis pasar por la ceremonia de selección. El sombrero seleccionador os asignará una casa, que será vuestra familia durante vuestro paso por Hogwards . Las cuatro casas son: Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. Cada una tiene su propia historia, su propio carácter y su propio orgullo. En cada casa ganaréis puntos por vuestros logros y perderéis puntos por vuestras faltas. Al final del curso, la casa con más puntos ganará la copa de las casas. Espero que seáis un orgullo para la casa que os toque. Ahora, seguidme.

La profesora McGonagall los llevó por un gran vestíbulo hasta una puerta doble. Les dijo que esperaran allí mientras ella entraba al Gran Comedor. Íryan se quedó mirando la puerta, nerviosa y expectante. Se preguntaba qué casa le tocaría, y si estaría con Harry Potter.

La puerta se abrió y la profesora McGonagall salió. Tenía en la mano un sombrero viejo y sucio, que parecía tener vida propia.
  • Vamos, entrad - les dijo - Y formad una fila.

Los alumnos entraron al Gran Comedor y se quedaron boquiabiertos. Era una sala enorme y espectacular, con cuatro largas mesas llenas de gente y una mesa más pequeña en el frente, donde estaban los profesores. El techo era como un cielo nocturno, con estrellas y nubes. Había velas flotando en el aire, y banderas con los colores y los símbolos de las casas. Se oía un murmullo de voces y risas, que se silenció cuando vieron entrar a los de primer año.

La profesora McGonagall colocó el sombrero en un taburete y se puso al lado. El sombrero se movió y abrió una abertura que parecía una boca. Entonces, empezó a cantar:

Oh, somos el sombrero seleccionador Y tenemos una misión Asignaros una casa Según vuestra condición

No es fácil nuestra tarea Pues hay mucho que mirar Vuestro talento, vuestro carácter Vuestro modo de actuar

Hay cuatro casas en Hogwards Y cada una es diferente Os diremos sus virtudes Para que elijáis consciente
  • Gryffindor es la casa De los valientes y leales De los que tienen corazón Y no se rinden jamás

  • Hufflepuff es la casa De los trabajadores y amables De los que tienen paciencia Y son justos y humildes

  • Ravenclaw es la casa De los inteligentes y creativos De los que tienen mente abierta Y buscan el saber

  • Slytherin es la casa De los astutos y ambiciosos De los que tienen determinación Y saben lo que quieren

Así que poneos el sombrero Y dejad que os examine Os dirá la casa que os conviene Y seréis felices en ella

El sombrero terminó su canción y el Gran Comedor estalló en aplausos. La profesora McGonagall sacó un pergamino y una pluma y empezó a llamar a los alumnos por orden alfabético.
  • Jeran - dijo.
Jeran al taburete y se puso el sombrero. El sombrero se quedó pensando unos segundos y luego gritó:
  • ¡Hufflepuff!

La mesa de Hufflepuff aplaudió y Jeran se fue a sentar con ellos. La profesora McGonagall siguió llamando a los alumnos.
  • Bruna - dijo.
 
Bruna se acercó al taburete y se puso el sombrero. El sombrero se quedó pensando unos segundos y luego gritó:
  • ¡ Ravenclaw!
 
La mesa de Ravenclaw aplaudió y Bruna se fue a sentar con ellos. La profesora McGonagall siguió llamando a los alumnos.
  • Irina - dijo.
 
Íryan se sorprendió al oír el nombre de su amiga. No sabía que ella también iba a Hogwards . La vio acercarse al taburete y ponerse el sombrero. El sombrero se quedó pensando unos segundos y luego gritó:
  • ¡Slytherin!
 
La mesa de Slytherin aplaudió y la chica se fue a sentar con ellos. Íryan sintió una punzada de alegría y de tristeza. Se alegraba de que su amiga estuviera en Hogwards , pero se entristecía de que no estuviera en su misma casa. Se preguntó si podrían seguir siendo amigas.
 
La profesora McGonagall siguió llamando a los alumnos.
  • Atenea - dijo.
 
Una chica pelirroja se acercó al taburete y se puso el sombrero. El sombrero se quedó pensando unos segundos y luego gritó:
  • ¡Gryffindor!
 
La mesa de Gryffindor aplaudió y la chica se fue a sentar con ellos. Íryan sintió una punzada de esperanza. Quizás ella también iría a Gryffindor, y estaría con Harry Potter.
 
La profesora McGonagall siguió llamando a los alumnos.
  • Alan - dijo.
 
Un chico moreno se acercó al taburete y se puso el sombrero. El sombrero se quedó pensando unos segundos y luego gritó:
  • ¡Hufflepuff!
 
La mesa de Hufflepuff aplaudió y el chico se fue a sentar con ellos. La profesora McGonagall siguió llamando a los alumnos.
  • Itzan- dijo.
 
Itzan se acercó al taburete y se puso el sombrero. El sombrero se quedó pensando unos segundos y luego gritó:
  • ¡Slytherin!
 
La mesa de Slytherin aplaudió y el chico se fue a sentar con ellos. La profesora McGonagall siguió llamando a los alumnos.



  • Íryan - dijo.
 
Íryan sintió un escalofrío al oír su nombre. Era su turno. Se acercó al taburete y se puso el sombrero. El sombrero se ajustó a su cabeza y le habló en su mente.
  • Hmm, interesante - dijo el sombrero - Veo que tienes un gran potencial. Eres valiente, leal, inteligente y creativa. Podrías encajar en cualquiera de las casas. ¿Tienes alguna preferencia?
  • Sí, quiero ir a Gryffindor - pensó Íryan.

  • ¿Por qué? - preguntó el sombrero.

  • Porque es la casa de mis padres, y la de Harry Potter - pensó Íryan.
     
  • Ya veo - dijo el sombrero - Pero no debes elegir una casa solo por eso. Debes elegir la que mejor se adapte a ti. ¿Estás segura de que Gryffindor es la tuya? 

  • Sí, estoy segura - pensó Íryan.

  • Bueno, si estás segura... - dijo el sombrero - Entonces, será...

  • ¡Gryffindor! - gritó el sombrero.
 
La mesa de Gryffindor aplaudió e Íryan se quitó el sombrero y se fue a sentar con ellos. Se sintió feliz y aliviada. Había conseguido lo que quería. Estaba en la misma casa que Harry Potter.
 
Mientras se sentaba, vio que Harry Potter la miraba y le sonreía. Íryan se sonrojó y le devolvió la sonrisa. Se preguntó si él sabría quién era ella, y si le hablaría. Se imaginó siendo su amiga, y quizás algo más. 
 
La profesora McGonagall siguió llamando a los alumnos. Íryan se fijó en que su hermano Jeran fue a Ravenclaw y su hermano Itzan a Slytherin. Se alegró por ellos, pero se sintió un poco sola. Se consoló pensando que al menos estaba en Gryffindor, con Harry Potter y con Nicole, que también habían sido seleccionadas para esa casa.
 
Cuando todos los alumnos fueron seleccionados, la profesora McGonagall recogió el sombrero y el taburete y se dirigió a la mesa de los profesores. Entonces, se levantó una mujer mayor con el pelo blanco y los ojos azules. Llevaba una túnica púrpura y un sombrero puntiagudo. Era la profesor Dumbledore, el director de Hogwards y el mago más poderoso del mundo.
 
  • Bienvenidos, bienvenidos, a un nuevo curso en Hogwards - dijo con una voz dulce y firme - Antes de que empecéis a disfrutar del banquete, me gustaría decir unas palabras. Como sabéis, estamos en tiempos difíciles. El malvado Lord Voldemort ha vuelto y amenaza con destruir todo lo que queremos y defendemos. Pero no debemos tener miedo, sino esperanza. Esperanza en que la luz vencerá a la oscuridad, en que el amor vencerá al odio, en que la unión vencerá a la división. Por eso, os pido que seáis solidarios, que os cuidéis unos a otros, que respetéis las diferencias, que os apoyéis en las dificultades. Recordad que Hogwards es vuestro hogar, y que aquí encontraréis amigos, profesores y mentores que os ayudarán a crecer y a aprender. Y sobre todo, recordad que la magia está en vuestro interior, y que depende de vosotros usarla para el bien o para el mal. Así que, elegid bien, y sed felices. Y ahora, ¡que empiece el banquete!
 
El profesor Dumbledore chasqueó los dedos y las mesas se llenaron de comida y bebida. Había de todo: sopas, ensaladas, carnes, pescados, verduras, pasteles, tartas, frutas, zumos, refrescos, cerveza de mantequilla... Íryan se sirvió un plato de pollo asado con patatas y se lo comió con gusto. Estaba delicioso. Mientras comía, habló con Irina, Nicole, Bruna y Atenea, que se sentaron a su lado. Las cuatro se cayeron bien y se hicieron amigas. Se contaron sus vidas, sus gustos, sus sueños. Descubrieron que tenían muchas cosas en común, sobre todo su pasión por Harry Potter y por Hogwards .
 
  • ¿Sabéis qué? - dijo Bruna - Tengo una idea. ¿Por qué no formamos un club de fans de Harry Potter?

  • ¿Un club de fans? - preguntó Íryan.
     
  • Sí, un club de fans - repitió Bruna - Un grupo de personas que admiran a Harry Potter y que quieren saber todo sobre él. Podríamos llamarnos las Potterheads, o las Pottergirls, o algo así.
     
  • ¿Y qué haríamos en el club? - preguntó Irina.
     
  • Pues muchas cosas - dijo Bruna - Leer los libros sobre sus aventuras, ver las películas, coleccionar los objetos, hacer los tests, jugar al Quidditch, disfrazarnos, escribir cartas, hacer dibujos, inventar historias...
     
  • ¡Me encanta la idea! - exclamó Íryan - Yo me apunto.
     
  • Yo también - dijo Atenea.

  • Pues ya está, somos un club - dijo Íryan - Ahora solo nos falta una cosa.

  • ¿Qué? - preguntaron Irina, Nicole y Bruna.

  • Conocer a Harry Potter - dijo Íryan - Y hacer que sea nuestro amigo.

  • ¿Y cómo vamos a hacer eso? - preguntó Bruna.

  • No lo sé, pero lo conseguiremos - dijo Nicole - Somos las Potterheads, y nada nos detendrá.
 
Las cinco se rieron y se dieron la mano. Se sentían felices y emocionadas. Habían encontrado unas amigas y un club. Y tenían un objetivo: conocer a Harry Potter. Se imaginaban compartiendo aventuras con él, luchando contra las fuerzas del mal, descubriendo los secretos de Hogwards . Se sentían felices y nerviosas a la vez. 
 


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